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Fidel Guimerà fa un temps ens va demanar la publicació a la nostra web d'Avinsilona d'un article que ell va escriure el 2005, any de Rogativa de Vallibona a Penaroja de Tastavins, i així ho fem ara que ens ha fet arribar. Un article interessant contat per un vallibonenc al voltant de les seues vivències personals i de la història de Vallibona, també descriu els canvis que ha viscut a la Rogativa vallibonenca, es per tot això que li donen un espai d'opinió que tal vegada no sigue del gust de tots.

         

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Después de la Rogativa de Peñarroya de 2005 hice un trabajo sobre el cambio que yo había visto en Vallibona durante los años que recuerdo, lo entregué a la comisión de fiestas del 2006 con el fin de que lo publicasen en su programa, ya que esta era la única ventana que teníamos la gente como yo para dar a conocer las historias de Vallibona.

Esta comisión, alegando texto extenso mi escrito lo sometieron a una fuerte censura. He pasado siete años sin comprender cómo puede ser que en pleno 2005 uno no pueda contar lo que ha vivido en Vallibona, hasta que Avinsilona me ha prometido publicármelo en su página web. Texto íntegro del 2005:

 

VALLIBONA, LA ROGATIVA A PEÑARROYA Y EL CAMBIO QUE TODO ELLO HA SUFRIDO EN MUY POCOS AÑOS

 

Acabada de celebrar la Rogativa a Peñarroya del 2005 y después de leer mucho de lo que sobre ella se ha escrito, noto a faltar un vacío muy grande, inmenso, del cambio que ha sufrido en pocos años.

Sobre todo esto escriben, y muy bien, dos colectivos: los historiadores y los religiosos. Los primeros nos cuentan las cosas que pasaron hace cientos de años, gracias a los cuales conocemos nuestra historia. Los segundos, cada ocasión que tienen añaden a sus escritos anteriores nuevos cánticos, versos u loas y así van escribiendo su historia y hacen que se mantenga encendida la llama de la Fe. Entre lo que nos cuentan estos dos colectivos noto a faltar el vacío tan grande del cual hacía mención sobre la historia de Vallibona.

Nos hablan de seiscientos años; en los 50 últimos ha cambiado más que durante los quinientos cincuenta anteriores y nadie nos habla de este cambio. Mi formación de carácter primario, no me permite codearme con estos dos colectivos, ni lo pretendo, sólo quiero contar lo que yo mismo he visto, oído y sufrido durante los años de mi vida.

Vallibona, desde que yo nací, el año 40 y hasta bien avanzada la década de los 60, estaba muy influenciada por el cura. Dos hombres que no habían nacido en el pueblo y no tenían la intención de acabar la vida en él, tenían todo el poder en sus manos; ambos eran el cura y el cabo de la Guardia Civil. El pueblo tenía una corporación municipal y un juez de Paz pero sólo podían andar hasta cuando se encontraban con el ‘’Siñó Retó’’. Justificaré su autoridad con unas cuantas pinceladas de las muchas que puedo contar. Mi madre llevó como una loza, hasta el día de su muerte que de joven, sobre los años 20, tenía que ir los domingos a misa. Cuando yo tomé la comunión, la doctrina decía: (Comulgarás al menos una vez al año) y así lo hacíamos; dentro de la década de los cincuenta y durante bastantes años, en cuaresma, íbamos a confesar y comulgar, después todo el grupo acompañábamos el cura a la sacristía, este sacaba un gran libro y se ponía a pasar lista; cuando cantaba mi nombre yo decía ‘’presente’’, ponía una cruz en mi casillero y de esta forma aquel año yo ya había cumplido en parroquia. Esto no era obligado pero convenía hacerlo.

Los primeros años de escuela, los domingos por la mañana teníamos que acudir a la escuela, los niños y las niñas; estas estaban junto al Ayuntamiento, desde allí partíamos primero los niños formados en dos filas con el maestro, detrás y de la misma forma las niñas con su maestra, de la misma forma seguían la corporación municipal; el juez y el cabo de la Guardia civil, y luego seguía la Banda de música del pueblo, interpretando marchas, y nos acompañaban a misa, llegados allí, prohibían que los instrumentos entrasen dentro de la iglesia, porque interpretaban música para bailar y estaban condenados.

Terminada la misa, nos acompañaban de la misma forma al punto de partida. Si no asistías, al día siguiente preguntaban cuál había sido el motivo.

Allá donde nos encontrábamos con el cura teníamos que correr hacia él y besarle la mano.

De todos los que yo conocí, D. José Piñón Martí fue el que más huella dejó.

Los fines de semana venían los hombres de la carbonera u minas, las mujeres tenían que lavar la ropa (en el río) y ponerlo todo a punto para poder volver el lunes al trabajo, ellos tenían que labrar el huerto; si alguien les pillaba haciendo esto en domingo, la Guardia Civil les ponía una multa, al domingo siguiente el cura cuando empezaba el ‘’sermó’’ leía: ‘’Sucesos de la semana’’ una mujer lavando al río, un hombre labrando el huerto, etc.

Venía a la escuela y a los niños nos llamaba cabezas de ‘’burro’’. También decía que nos comprásemos unas gafas de larga ‘’BESTIA’’: De este cura todavía queda huella en Vallibona, si miramos el campanario veremos una ventana sin campanas, vendió dos, el lugar de una de ellas lo ocupa una que regaló monseñor Vicente Jovaní Mas, la ventana vacía es obra de don José Piñón Martí.

El día de Pascua, las chicas estrenaban vestidos de primavera, dos de ellas, modistas; se confeccionaron unas faldas modernas, llamadas de embudo, cuatro dedos por debajo de las rodillas y se fueron a lucirlas a misa, llegaron cuando monseñor José estaba subido en el púlpito haciendo el sermón; al verlas entrar, se quedó cortado y al poco rato, furioso, se puso a gritar, ‘’¡Fuera, FUERA!, en la casa de Dios no quiero ver ni tubos ni embudos ‘’FUERA’’ y aquellas dos pobres chicas dieron media vuelta y salieron de la iglesia todo lo deprisa que sus estrechas faldas les permitían.

Todos los años se pasaba un sobre por familia el cual se tenía que devolver con un donativo en metálico dentro del mismo para: (Construcción Seminario Diocesano de Tortosa), llegado mosen Piñón a este sobre le ponía la dirección del cabeza de familia, de esta manera había que esmerarse en el donativo para no caer en desgracia.

Los jóvenes de entonces hacían baile con tocadiscos, esto durante la Cuaresma estaba totalmente prohibido, dentro de esta siempre coincidía San José, fiesta grande del pueblo, sustituido don José los jóvenes del pueblo fueron a pedirle permiso al cura nuevo que ese día les dejase bailar, decían que no era como el de antes, era verdad, no era como el de antes, pero no nos dio permiso.

Las mujeres en la iglesia se tenían que sentar en bancos separados de los hombres. Historias de estas podría ir contando hasta llegar a lo infinito.

Con el éxodo de vecinos, Vallibona también se quedó sin cura; venía uno de Morella a celebrar misa los domingos y se volvía lo más pronto posible sin preocuparse de los problemas que pudiésemos tener.

Uno de ellos, mosen Pere, acabó con las mantillas de las mujeres; estas cuando era mayores llevaban la cabeza tapada hasta los hombros con grandes mantillas negras. Las jóvenes hacía años que quitaban mantilla y ponían brondas, pero llevaban al menos toda la cabeza tapada, este cura entre toque y toque de Simbolet salía a la puerta de la iglesia y tal como llegaban las invitaba a que se quitasen aquellas mantillas. El año pasado nos encontramos en Sant Marc a Chert y cuando mi mujer se lo recordó, nos dijo que no podía soportar ver a las mujeres con aquellas mantillas sobre sus cabezas.

Por aquellos tiempos coincidió que la Iglesia, nuestra religión, celebró el Concilio Vaticano II y a partir de aquí dio libertad a los fieles y también a sus pastores. Los curas de entonces vestían diferente de los demás hombres: sotana negra hasta cerca de los pies con una botonadura desde el cuello hasta abajo y un sombrero negro para salir de paseo, también llevaban afeitado un círculo en la cabeza a la altura de la coronilla. A partir de este Concilio, se vistieron como los demás hombres, en un principio los trajes eran grises con pines en forma de cruz en las solapas; pasados veinte años ya vestían como los demás, excepto en los actos religiosos.

Antes decían las misas en latín, el ‘’sermó’’ lo hacían desde la ‘’Trona’’ o púlpito y en castellano. Después de este Concilio misas y ‘’sermones’’ los hacían en las diferentes lenguas de cada Nación, Comunidad o Región.

Antes las celebraciones se hacían de espaldas a la gente, se dieron la vuelta y ahora las hacen de cara al público.

Antes a los actos religiosos había que asistir a los mismos, observarlos como espectadores estaba totalmente prohibido.

Antes en las iglesias se guardaba silencio, ahora se permiten aplausos.

Antes Vallibona y todos los pueblos de estas comarcas su economía era la agricultura, la mayor plaga eran las largas sequías, la religión controlaba los observatorios meteorológicos; cuando estos predecían lluvias, las parroquias organizaban rogativas a las ermitas (Vallibona la hacía a Santo Domingo), cuando dentro de poco tiempo llovía, decían que era un milagro de Dios, agua bendita caída del cielo; llegó la televisión y la gente de por aquí observamos cada día cómo se formaban y luego se trasladaban las borrascas y aquellos ‘’milagros’’ dejaron de producirse.

Los curas de ahora, en vez de prohibir el baile, organizan fiestas y bailes. Los fieles dejaron de tener aquella obligación de ir a misa o comulgar y empezó a hablarse de católicos practicantes y no practicantes.

En Vallibona se celebraban las fiestas el mismo día que estaban inscritas en el calendario, las más famosas eran el Corpus, la Asunción, la Purísima, Navidad, Los Reyes, San José, San Blas, Santo Domingo, las dos Pascuas, Carnaval, Jueves Santo, etc., y cada siete años la fiesta por excelencia, la Rogativa a la Virgen de la Fuente de Peñarroya de Tastavíns.

Entonces se decía por aquí que las tres fiestas más famosas de España eran: La Ascensión en Bel, el Corpus de Vallibona y San Isidro en Madrid. También se cantaban canciones como esta:

Tres días hay en el año

Que relucen más que el Sol

Jueves Santo y Corpus Christi

Y el día de la Ascensión

Desde muy pequeño recuerdo esta Rogativa por aquello de vivir en la masía Gatellera y la veía subir por el barranco. La primera en la que participé lo hice como bagache y fue el año 1963. El ‘’Bagache’’ era un hombre con un mulo en sarria para llevar el equipaje de los romeros, estos eran nombrados de una forma rotativa entre las masías que comprendían las denas de Cap Solana y Cap de Solana, ambas quedaban a los márgenes derecho e izquierdo del Barranco de la Gatellera que era por donde discurría la Rogativa.

La del 1970 no pude ir. La del 1977 fui como organizador, entonces era concejal y junto con el Alcalde nos desplazamos a Peñarroya para organizar la Rogativa. Vallibona estaba cayendo en un abandono y despoblamiento masivo, la década de los sesenta perdimos 425 vecinos, llegados a 1970 éramos 386 habitantes, la mayoría viejos y los jóvenes que quedaban hacían las maletas para irse.

El Ayuntamiento no era ajeno a esta despoblación, de los cinco miembros que lo formábamos sólo quedábamos dos. Entonces los concejales no los elegían los vecinos, éramos nombrados desde Castellón, en este caso quien nos designó no nombraba sustitutos, cuando faltaba uno su plaza quedaba vacante, ya no teníamos cura en el pueblo cuyo dedo creo apuntaba a los nombramientos. Hablábamos con el Gobernador Civil de buscarle solución y siempre encontrábamos por respuesta que se iban a celebrar pronto las primeras elecciones democráticas, pero estas no acababan de llegar nunca. Lo mismo ocurrió con los funcionarios, se habían acabado de jubilar dos y tampoco se había encontrado la forma para sustituirlos, de esta forma y en estos momentos Vallibona estaba metida dentro de una situación de abandono total.

Desconozco el número de vecinos que éramos en 1977, si tenemos en cuenta el éxodo de los diez años anteriores, seríamos muchísimos menos y mucho más viejos.

Con esta perspectiva de romeros no pudimos ir a pie, se puso un autocar al servicio de la gente, viaje de un solo día, paella para comer al medio día. Luego se salió allá donde viene el camino desde Vallibona y organizados en Rogativa, se procedió al encuentro y actos protocolarios como de costumbre. Este día yo tenía un bautizo en la familia y no pude ir, pero me comprometí a devolver el Guión de la Virgen y así lo hice junto a un grupo de gente a finales de agosto.

El año 84 yo tuve que emigrar y me tocó trabajar muy duro, supongo igual que a los demás para sentarnos y acomodarnos allá donde fijamos nuestra residencia, por ello tuvimos que privarnos de muchos actos festivos, entre ellos la Rogativa a Peñarroya.

En 1990 tuvimos una reunión de quintos en Vallibona para celebrar nuestro 50 aniversario, Mosen Paco, compañero de quintos nos dijo que si lo acompañaban quince o veinte él iría a pie, todos los compañeros y compañeras le prometimos que iríamos, dijo que le gustaría revivir aquella Rogativa, la cual tenía que celebrarse al año siguiente, a partir de aquí él mismo empezó a organizarlo y fuimos a pie unas 100 personas.

La del 1998 fui con el coche y salimos a esperar la Rogativa en el lugar de costumbre, el Pont Chafat, allí eran mucha gente esperando como espectadores, muchos más de los que venían a pie, que eran unos 300.

En la del 2005 fui con mi mujer y los nietos, de 9 y 4 años, a mostrarles la salida desde Vallibona y la llegada a Peñarroya. Todo fue multitudinario, la salida y su llegada, lo más impresionante fue la cantidad de gente que se apostó por los alrededores del Pont Chafat muchos más de los que venían a pie, que eran unos 600. Llegados a la iglesia de Peñarroya esta se llenó en la cual se celebraron los actos protocolarios de costumbre. Cuando se reemprendió la Rogativa a la ermita bajarían a pie unas 150 personas. De los romeros que salieron de Vallibona no acabó la Rogativa ni el uno por ciento.

Si teníamos en cuenta los 600 que fueron a pie, otros tantos que iríamos en coche, más los vecinos de Peñarroya, el final de esta Rogativa resultó muy pobre. Lo mismo ocurrió en la misa que se celebró en la ermita, dentro de la iglesia sólo estaban aquellos que se pudieron sentar, en los alrededores de la ermita, charlando y descansando, había mucha más gente que dentro.

Para formarnos una idea del cambio que ha sufrido esta Rogativa en 42 años, compararé, como se hacía en 1963 y como en el 2005 y veremos la diferencia.

1963: De todos los asistentes a esta Rogativa quien más estudios y nivel cultural tenía era el cura. La mayoría nivel primario y muchos analfabetos.

2005: El nivel cultural de estos 600 romeros, igualaba o superaba a los del cura en la mayoría de los casos y ningún analfabeto.

1963: Tenía todo el carácter de una Rogativa, el cura ataviado con ropa adecuada para la ocasión, banderolas, estandartes y la cruz presidiendo el acto, con rezos y cantos religiosos cada trozo de camino.

2005: Los estandartes y la cruz hicieron acto de presencia en la salida y llegada, los cuales pasaron desapercibidos y ambos fueron ahogados por la multitud.

1963: Las ropas, sobre todo en la gente mayor, eran largas y oscuras, con tocados en las cabezas de las mujeres.

2005: Las ropas de estos seiscientos romeros eran de lo más variado en formas, colores, escotes y nada de tocados en las cabezas de las mujeres.

1963: Desde Peñarroya se salía en ordenada procesión hacia el Pont Chafat al encuentro de los romeros que venían desde Vallibona; observarlo como espectadores estaba totalmente prohibido. Se entraba en el pueblo en correcta rogativa con rezos y cantos que abarcaban desde el primero hasta el último de los romeros y muchos gritos de VIVA ELS NOSTRES GERMANS!

2005: Estaba permitido observarlo como espectadores y fue mucha la gente que se apostó por los alrededores del Pont Chafat para presenciar el encuentro, después de efectuado este, que era mucho más teatral que antes, se procedió a entrar en Peñarroya, sólo la cabeza de este gran grupo tenía forma de Rogativa. Se oyeron muy pocos vivas a los hermanos.

1963: Llegados a Peñarroya se dirigieron a la iglesia donde se realizaron los actos protocolarios de costumbre y los romeros descansaron un poco. Después la Rogativa siguió su camino hacia la ermita, a esta se agregó gente del pueblo y dobló el número de participantes. También se agregó la banda de música de Vallibona, la cual acompañó musicalmente los rezos de esta rogativa.

2005: Llegados a Peñarroya se dirigieron a la iglesia donde se realizaron los actos protocolarios de costumbre y los romeros descansaron un poco. Cuando la Rogativa siguió camino a la ermita, la mayoría de los excursionistas subieron a los transportes que les estaban esperando y se fueron para sus casas, la mayoría de los que acabaron la Rogativa habían venido en coches y gente del pueblo, unas 150 personas.

1963: Toda la gente que llegó a la ermita se acomodó dentro de la iglesia como pudo; deambular por la calle mientras se celebraba la misa estaba prohibido y perseguido.

2005: Los católicos habíamos obtenido de las autoridades eclesiásticas autorización para hacer con nuestra conciencia lo que quisiésemos, disfrutando de este privilegio, durante la misa que se celebró en la ermita había mucha más gente en la calle, charlando y descansando que dentro de la iglesia.

1963: Se celebraban actos en memoria de las almas de los difuntos que estaban en el cielo.

2005: Acabados de llegar a Peñarroya, los vivos suben al cielo a través de internet (2012 tal como avanza los vivos subían directamente al cielo por internet).

1963: Cuando ocurría en esta romería se hablaba u escribía en castellano o latín.

2005: La mayoría de lo que se ha escrito sobre esta romería se ha hecho en nuestra lengua justo en el momento que hay quien la está usando para enfrentar y dividir las comunidades; en Vallibona se habla en ‘’valencià’’ y en Peñarroya, ¿qué lengua se habla? (2012: ahora Aragón pone nombre a la lengua que enseñó Jaime I a los territorios que conquistó, la que se habla en Peñarroya se llama Lapao; de esta manera se suma con Valencia en un acoso y olvido de dicha lengua).

Terminada esta Rogativa, estoy observando que todos los grupos que han formado parte en su organización y han colaborado en la misma están más que contentos. Los religiosos, contentos y convencidos de haber organizado una Rogativa con 600 creyentes. Los excursionistas igualmente contentos por haber participado en una excursión con tanta gente, cansados todos ellos de hacer trayectos más cortos durante siete años, esta fue la culminación de una gran meta.

Todas las demás asociaciones culturales, turismo, hostelería, comercio, etc., contentos y satisfechos porque esta cantidad de gente creó mucho movimiento económico, de propaganda e imagen en estas tierras que tan faltas están de todo ello. Los ayuntamientos, los grandes protagonistas de todo esto, más que contentos porque nunca antes había ocurrido una cosa igual, Vallibona, que tenía menos vecinos que nunca, contaba con una Corporación Municipal elegida por ellos mismos a quienes representaba sin presión de nadie, con sus sustitutos por si faltaba alguno de sus miembros, funcionarios y empleados para que todo funcionase correctamente y lo más importante, con dinero para poderlo pagar todo.

Ya que mi formación no me permite dar consejos a nadie, a modo de idea animaría a todos los colectivos que aparecen en estos mis relatos, que no desfallezcan y continúen trabajando para el bien de Vallibona y sus costumbres, aunque estas las tengamos que adaptar a los tiempos que vivimos.

 

 

                                                                                               Fidel Guimerá Giner

                                                                                       Vallibona, Junio de 2005.